El Ayuno de Daniel no es una dieta ni un ritual, es un acto de entrega. Inspirado en el ejemplo del profeta Daniel, este ayuno nos invita a abstenernos de ciertos alimentos mientras nos dedicamos a la oración y a la Palabra de Dios.
Daniel decidió no contaminarse con los manjares del rey, y al hacerlo, ganó claridad, fuerza y favor divino. Nosotros también podemos experimentar esa renovación espiritual al dedicar este tiempo a buscar a Dios con un corazón sincero.
"No se trata de lo que renuncias, sino de a Quién te entregas."
Ayunamos para enfocarnos en lo que Dios quiere para nosotros en este nuevo año.
El ayuno no cambia a Dios, cambia nuestro corazón.
Nos coloca en una posición de humildad para escuchar Su voz y discernir Su voluntad.
Beneficios del Ayuno de Daniel:
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Espirituales:
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Alinea tu corazón con el de Dios.
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Profundiza tu vida de oración y tu fe.
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Trae revelación y dirección divina.
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Físicos:
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Purifica tu cuerpo y renueva tu energía.
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Fomenta la disciplina y el autocontrol.
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"El ayuno es una invitación a un banquete celestial donde el alma se alimenta y el espíritu florece."
RECURSOS PARA ESTE TIEMPO
Queremos caminar contigo durante este ayuno, por eso hemos preparado recursos que te ayudarán a mantenerte enfocado